Exposiciones Temporales

Ojo de gato

De los Veintisiete años que ha transitado por este mundo, Montse los ha dedicado casi todos a pintar pues inició a los tres y pronto se posesionó de los colores y las formas hasta hacerlos suyos.

¿Qué elementos podemos encontrar en la obra de Sara? Muchos y dispares, un manejo suave y profundo de los colores, una “texturización” de las formas que nos lleva a palpar la suavidad de la tela, la evanescencia de las pieles, lo etéreo de la noche o el frío cálido de la luna.

La obra que ha reunido en esta ocasión Sara, bajo el filosófico título de: “El infinito es un instante”, nos permitirá adentrarnos y descubrir sus mundos, gravitando en torno a los felinos, juega con esta idea, la humaniza, le da forma, la moldea a sus diferentes y personales concepciones, no es un simple gato, son todas las facetas que como en un diamante pueden surgir de un origen; un trazo, un cambio y estamos enfrentándonos a una Transformación, que nos mira penetrante y sutil, muy en el estilo de Lewis Carroll y su sonrisa-gato o gato sonrisa, son los ojos, ventanas del alma, los que resplandecen en medio del color, pinceladas fuertes, envolventes, esto nos conduce a un Momento Mágico, un extraño encantamiento se ejerce entre ese binomio antiguo y moderno: la luna y el gato, el gato y la luna (¿no eran ya ambos deidades para los egipcios?), una chispa lunar incendia la pupila del minino, como si de un Plenilunio se tratara.

Si seguimos andando en sus sueños súbitamente se nos presenta un Enigma, el sortilegio de descubrir que hay en ese binomio tigresco que nos dice: Busca los ojos verdes como señal. Los contrastes de claro oscuro son constantes en la obra de Sara Montserrat aunque a simple vista parezcan Breve como un chispazo, no es así, son una sinfonía barroca que sirven de interludio sonoro a un Juego solar, el espectro coloro sonorista puede parecer una Distorsión, pero no es así son las corcheas y semicorcheas de una sonata visual que se manifiesta en ese Cielo Andaluz, que reúne nuevamente elementos primarios y vitales: la luna, la noche, el toro, un fresco que nos es común y por lo tanto cercano, más parece una Fábula o poema sinfónico que resuena ante nuestros ojos. En su humanización a los felinos Sara se da el gusto de convertirlos en: enamorados, Romeo y Julieta, músicos en Interludio, gimnastas, Gatalisa o Gatiché, en un universo sin fin de formas e ideas.

Estamos ante el trabajo de una joven sensible e informada, que encuentra en la pintura un vehículo ideal para mostrar sus inquietudes, sus concepciones, su dialéctica de vida. Con esto podemos confirmar que el Arte es el lenguaje universal, el único que no distingue: credos, colores, razas o pensamientos, es una palabra sin palabra que se entiende en todos los confines del mundo, la solución a la descomposición social que vivimos, mientras haya jóvenes, que gusten y disfruten de la creación estética, la destrucción-construcción continuará. Seguramente si Sara Montserrat continua por esta senda,la Historia del Arte tendrá un nuevo sujeto que estudiar, una mujer más que inunde de cromatismo su mundo y el de los que nos podamos asomar a el, respondiendo a su incitante invitación que nos dice: Cada vez que te vayas, no olvides que te espero, ya que El infinito es un instante, mientras, El gato se asoma y nos mira.

Mtro. Luis Fernando Padrón-Briones
Docente-Investigador